Antes de la crisis, los hermanos Hurtado lo apostaron todo a un departamento de ingeniería que en tres años no facturó nada. Hoy, superan los seis millones
El relato sobre la evolución de la empresa Hurtado Rivas es una puerta alternativa para entrar en la historia reciente de España. Son como los Alcántara, pero con una pátina mayor de emprendimiento. Tres generaciones después de que el bisabuelo de la saga inaugurase, junto a su esposa, hacia 1953, una tienda cuyos productos estrella eran carros de madera y cucharas de palo, la compañía se ha especializado en tecnología robótica.
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